LA CASA DEL ARTISTA DE DONOSTIA
Un poco de historia
Joaquín Álvarez la abrió alrededor de 1910 como ‘Droguería Álvarez’ en la calle Miracruz, 18 de Donostia, donde permanecemos. Además de los productos a granel propios de las droguerías de la época, también se elaboraban pinturas para decoración de buena calidad, apreciadas por los profesionales. Luís Álvarez, gran profesional que regentaba el comercio en los años 40, era también pintor artístico y de ahí su amplio conocimiento en pigmentos y mezclas de color. Su esposa, María Dolores Garmendia, se encargaba de la sección de droguería y perfumería.
En 1950 pasó a denominarse ‘La casa del artista’, debido a la paulatina incorporación de productos de Bellas Artes, a la vez que el nombre de Luis Álvarez, discípulo de Ascensio Martiarena, aparece habitualmente junto con otros reconocidos pintores guipuzcoanos en los eventos artísticos de la época. Más información en Auñamendi Entziklopedia.
Así pasó a ser un referente para artistas profesionales y aficionados, tanto para adquirir los materiales necesarios como para consultar todas las cuestiones técnicas para su uso y buscar consejo. También era habitual que artistas de renombre se encontrasen en el local propiciando amenas mini tertulias improvisadas. Desde 1990 es un comercio dedicado exclusivamente a las Bellas Artes.
La tercera generación Álvarez ha regentado la tienda hasta 2018: Cinco de los hijos de Luis y Dolores han llevado las riendas en diferentes épocas: José Manuel, José Ramón, Jokin y, en los últimos años, Mª Luisa e Iñaki. Este último ha seguido la estela artística de su padre y es, aún hoy, profesor de pintura en el Club de Arte Catalina de Erauso y pintor en activo con estudio en el barrio de Gros de Donostia.
Al no haber relevo en la familia, desde agosto de 2018 es regentada por Eneko Etxebeste, Nora Pilarte y Xabier Fourtou. Nueva etapa con el objetivo de seguir dando el mejor servicio posible a todos los artistas y aficionados del entorno.
Información extraída del Libro: ‘Comercios donostiarras centenarios’ de Lola Horcajo, Juan José Fernández Beobide y Carlos Blasco Olaetxea.